miércoles, febrero 27, 2008

Estruendo púrpura: miércoles 20 de febrero del 2008, Estadio Nacional

A las 9:15 p.m. del miércoles 20 de febrero se celebraba en el espacio el último eclipse de luna de la década. Unas 7 mil personas permanecíamos en la zona norte del Estadio Nacional mientras el acontecimiento astronómico ocurría por encima de nuestras cabezas. Sin embargo el cielo estaba cerrado y el verdadero espectáculo estaba en tierra firme: Deep Purple, la legendaria banda inglesa, remecía el suelo limeño con incandescentes estruendos que quedarán marcados en nuestras memorias y, particularmente, en el tímpano de mi oído izquierdo (sigo sordo).


El primer redoble de Ian Paice en el inicio de Pictures of Home prometía una noche arrasadora, como aquella registrada en Made In Japan (1973), el álbum más representativo de la banda y uno de los mejores discos en vivo de la historia del rock and roll. La promesa se cumplió a cada minuto, a cada crujido metálico generado por el bajo del carismático Roger Glover, a cada arranque de la sorprendente voz de Ian Gillan, un tío que, a sus 62 años, continúa llegando a alturas inesperadas.
El trío, protagonista de la legendaria formación de la banda de 1972 a 1973 (junto con Jon Lord y Ritchie Blackmore), aquella que creo el fabuloso Machine Head (en mi opinión y siendo sincero, el resto de su material en estudio no es tan extraordinario), estuvo muy por encima de los otros dos integrantes de este Deep Purple versión siglo XXI.
Steve Morse (guitarra) hizo gala de una destreza instrumental indiscutible pero, durante muchos pasajes, carente de corazón. Acusó también exageraciones tímbricas y velocidades fuera de lugar, que, más que un aporte fueron un elemento que despistaba y deformaba el desarrollo de las canciones (es decir, cayó los típicos excesos del ‘guitar hero’ metalero). El ex guitarrista de Dixie Dregs y Kansas (sí, los de Dust In The Wind), no es, pues, Blackmore, el gran ausente de la noche, peleado con sus ex compañeros desde hace varios años.


Destaco, sin embargo, el buen humor de Morse, que entró en armonía con el resto del grupo (cinco señores que se la pasaron riéndose sobre el escenario), y su solidez rítmica. Para la sonrisa, apenas, fue el solo de guitarra en el que incluyó extractos de You Really Got Me de Kinks, Sweet Home Alabama de Lynyrd Skynyrd, Sweet Child O’Mine de Guns N’ Roses y Crazy Train de Ozzy Osbourne.
Don Airey (teclados), no se quedó atrás y emprendió un patero Cóndor Pasa y la ejecución alucinada de la suite de Star Wars. El trabajo de Airey fue correcto.
El resto del concierto se caracterizó por el estruendo colectivo de un público que cuantitativamente fue más sincero y alegre que el que acudió a ver a Roger Waters y Soda Stereo. Esto se dio seguramente porque asistieron verdaderos hinchas de la banda fundada en Hertfordshire. Headbangers por naturaleza.


Antes de que el quinteto emprendiera el sagrado trabajo de ejecutar la progresión fundamental del hard rock, aquella que está compuesta por cuatro notas (y sus quintas) tocadas en 12 golpes (me refiero, claro está, a la esperadísima Smoke On The Water); la banda inglesa supo construir un set list de lujo que abarcó gran parte de sus 40 años de carrera. Thigs I Never Said, Rapture Of The Deep, Kiss Tomorrow Goodbye (los únicos tres temas que tocaron de su último disco), y The Battle Rages On (del CD homónimo de 1993), fueron buenas acompañantes de clásicos menores como Into The Fire (de In Rock, 1970), Mary Long (de Who Do We Think We Are, 1973), y la sensacionalmente desinhibida Strange Kind Of Woman (1971).
Luego Machine Head desbarató nuestras cabezas. Lazy, la adictiva Space Truckin’, la célebre Highway Star (todas del legendario álbum de 1972), y Perfect Strangers (1984), formaron la mejor parte de la noche.
Llegó Smoke On The Water, tras una intro en la que Morse tocó la melodía de You've Got To Hide Your Love Away (coreada por el público conocedor de la obra de los Beatles), y se desató el furor en la zona norte del Nacional. Cuando uno cantaba "Smoke on the water, fire in the sky", no podía escuchar su propia voz, solo el estrépito de un gentío entregado a la música, al ritmo funky de este clásico de clásicos del rock mundial.
Hush (el hit del debut de 1968) y otro riff inolvidable, Black Night, fueron la cereza (púrpura) de la noche de eclipse en la que Deep Purple pisó tierra peruana, tapó el cielo y descosió nuestros oídos por dos horas enteras.


Set list:
1. Pictures Of Home
2. Things I Never Said
3. Into The Fire
4. Strange Kind Of Woman
5. Rapture Of The Deep
6. Mary Long
7. Kiss Tomorrow Goodbye
8. Solo de guitarra
9. The Battle Rages On
10. Lazy
11. Solo de teclados
12. Perfect Strangers
13. Space Truckin’
14. Highway Star
15. Smoke On The Water
Bises
16. Hush
17. Black Night

Parte de Space Truckin'


Fotos y video: Julio Pérez Luna (una lástima que el video del inicio del concierto no pudo cargar debido a su peso excesivo).

¡MUY PRONTO! Los 7 mejores discos del 2007: cuarto lugar (lo juro)

lunes, febrero 11, 2008

Los 7 mejores discos del 2007: quinto lugar

Neil Young - Chrome Dreams II

Hace 20, 30, 40 años, el pirata no era el mismo. Su aporte a la industria musical era más romántico y, por supuesto, más trabajoso. No se limitaba a copiar un disco ajeno en la computadora, fotocopiar la carátula, escribir mal los nombres de las canciones y colocar algunos grandes éxitos como bonus al final del CD. Antes, el pirata era una especie de arqueólogo musical que se las arreglaba para descubrir cintas inéditas de los artistas más importantes y colocarlas en vinilo con el objetivo de complacer (y vender, claro está) a los fanáticos más exigentes. Elaboraron carátulas nuevas (algunas geniales) y consignaron nuevos títulos a discos no oficiales que, incluso, ayudaron a mitificar a los grupos del momento.


Algunos ejemplos: 1) Los piratas encontraron y publicaron las grabaciones de Bob Dylan y The Band en el legendario sótano de Big Pink (Woodstock, 1967). Luego Columbia no tuvo otra que publicar 24 de esas canciones en 1975 bajo el nombre de The Basement Tapes, considerado por muchos uno de los mejores discos de la historia. 2) Todo lo que salió en los seis discos de la Antología de The Beatles (y mucho más) ya había sido editado en centenares de bootlegs y, por lo tanto, escuchado 20 años antes por miles de personas. 3) Tal vez los mejores y más vibrantes registros en vivo hayan visto la luz primero como piratas. El clásico Destroyer de Led Zeppelin, resonante registro de un concierto de la banda en Cleveland, en abril de 1977 (y que sigue inédito como disco oficial), es un caso notorio.


DE PIRATA A ORIGINAL, PASADO Y PRESENTE
Chrome Dreams es uno de esos discos pirata, tan difundido entre los amantes de la música que muchos lo toman como parte de la discografía legal de Neil Young. Salió en 1976 y recopila grabaciones que el canadiense realizó antes de su American Stars ‘N Bars (1977). Incluye una versión distinta del clásico Like a Hurricane y canciones que luego se editaron, como Pocahontas y Hold Back The Tears.
Bueno, en el 2007 Neil siguió con la buena costumbre de sorprender al público y (con ironía, claro está) llamó a su nuevo disco Chrome Dreams II. El título no sólo es una forma de aceptar y reconciliarse con el pasado no oficial (sin haberse peleado con nadie, por supuesto), sino que es perfecto para enmarcar un grupo de canciones que fueron compuestas en distintas épocas pero grabadas hace solo unos meses.
Más claro: si el primer Chrome Dreams de vinilo agrupó sin permiso las primeras versiones de canciones que luego fueron editadas en otros discos, el segundo, de CD, es la publicación oficial y definitiva de algunos temas que solo se conocían por presentaciones en vivo y, obviamente, versiones piratas.

Sin embargo, lo más interesante de todo es que Chrome Dreams II es un completo repaso, de forma y sonido, de la carrera de Young. El disco se aleja del monumental Living With War (2006, un homogéneo pelotón de himnos rock hechos para gritárselos a Bush en la cara) para adquirir la apariencia de un Greatest Hits.
Aprovechando los distintos tipos de canciones que tenía a la mano, Neil ha querido (y logrado) conseguir una antología heterogénea, que estimula la evocación de sus discos más memorables.
Veamos. El disco abre con Beautiful Bluebird, un sencillo y bello tema acústico que nos transporta a la época de Harvest (1972), pero cuya creación data de la década de los ochenta. Boxcar también es ochentera de composición, pero posee el alma de los delirios acústicos de mitad de los setenta del canadiense.
Ordinary People, la canción del año para RAN-KING, fue creada en la época de Rockin’ In The Free World (1989), y sus 18 minutos de duración nos recuerdan que estamos frente a un endemoniado letrista y guitarrista eléctrico. Young dice "It’s hard to say where a man goes wrong, might be here and it might be there… but it’s hard to judge from an angry throng of hands stretched up in the air", y luego arremete con uno de esos punteos a los que nos tiene acostumbrados, tan heterodoxo como seminal.
No todas las canciones de Chrome Dreams II son descartes antiguos, y sin embargo nos siguen llevando de forma imaginaria al pasado del cantante. La rítmica The Believer parece sacada de On The Beach (1974), Spirit Road de Rust Never Sleeps (1979), y No Hidden Path de Ragged Glory (1990).
Dirty Old Man es un rock electrificado y frenético, cuyo título está claramente relacionado con uno de los temas más importantes de la carrera de Young, la acustica Old Man. Si en el clásico de 1972, Neil, en sus veintitantos, le decía a un anciano lo mucho que se parecían sus vidas, esta vez el protagonista de la canción, un viejo alcohólico y despreciable, se burla de sí mismo: "Yeah, I’m Gonna get fired for drinkin’ on the job. Got caught with the boss’s wife in the parking lot".
Una significativa mención merecen las sensacionales Shining Light y The Way, dos hermosas baladas valseadas, cuyos ritmos a ¾ llegan a ser hipnóticos. Ambas parecen resumir y explicar el alma del disco y su espíritu dicotómico, el pasado y el presente. En la primera, el cantante no sabe hacia dónde está yendo, mientras que en la segunda, acompañado por un coro de niños, afirma conocer cómo conducirte adonde perteneces. Se cierra el círculo.
Es Neil, por supuesto que sabe.

Lista de canciones
1. Beautiful Bluebird
2. Boxcar
3. Ordinary People
4. Shining Light
5. The Believer
6. Spirit Road
7. Dirty Old Man
8. Ever After
9. No Hidden Path
10. The Way


Escucha el pirata Chrome Dreams de 1976 en la playa de neil

Videos del canal oficial de Neil Young en YouTube


Dirty Old Man


Spirit Road


The Believer


The Way